Sainz ``la caga´´ una vez más

Carlos Sainz (Volkswagen) se ha visto obligado al abandono en el Dakar después de sufrir un accidente durante el desarrollo de la duodécima etapa, en el kilómetro 79. Al parecer, el coche del madrileño se precipitó por un barranco de cuatro metros y en el incidente su copiloto, Michel Perin, sufrió una lesión en el omóplato y tuvo que ser evacuado en helicóptero.
Aunque Sainz y su Race Touareg parecían estar en buenas condiciones para continuar, les fue imposible a causa de la baja de Michelin Perin. El español marchaba líder destacado de la clasificación general de coche, después de haber sido el vencedor de más etapas hasta el momento.

En el mundial de rallys, su peor calvario (Grandes cagadas)

Desde que ganara los dos campeonatos, en 1990 y 1992, la mala suerte ha sido compañera de viaje de Carlos Sainz. El infortunio más sonado fue en el Rally de Gran Bretaña de 1998 con el ¡trata de arrancarlo Carlos! ¡por Dios trata de arrancarlo! pero no ha sido la única desgracia del madrileño.

En 1989, el español se quedó por primera vez a las puertas de saborear la victoria final. A falta de dos tramos para adjudicarse su primer título en el mundial de rallys, Sainz rompió la transmisión y sufrió su primer abandono.

En el rally 'maldito' de Gran Bretaña, en 1991, la junta de la culata de su Toyota Celica se rompió y no pudo revalidar el título que había conseguido el año anterior.

"La cagamos, Luis", eso es lo que le dijo Sainz a su copiloto en el mismo escenario en 1994 tras salirse de la carretera en la última etapa. Tres años más tarde, en Nueva Zelanda, una oveja se cruzó por delante de su coche y tuvo que abandonar. Otra más.

Pero la mayor adversidad se la encontró en 1998. A falta de 500 metros su coche se paró y perdió la última opción de volver a coronarse como campeón del mundo. La imagen de Luis Moya estampando el casco en el coche revela la impotencia que sufrieron en aquella ocasión.

Sin embargo, la mala suerte continuó. En Gran Bretaña, un cortocircuito en los cables de la cámara de televisión dentro del coche descentró al madrileño que se salió en el tercer tramo.