España consumó su desastre particular en este Mundial. Lo avisó ante Suecia, lo ratificó ante Croacia y ayer, por fin, entró en la historia de Corea, que hasta ayer jamás había derrotado a nuestra Selección. A este equipo de Valero Rivera, que tantas expectativas había generado, le cabe el honor de acabar en el peor puesto de siempre en unos Mundiales, porque ahora tendrá que pelear con Australia, Argentina y Rumanía del 13º al 24º lugar.
La realidad es que España jugó presionada, con una tensión anormal para jugadores curtidos en mil batallas, o para jóvenes que llevan el peso en sus clubes. Ni aprovecharon sus ocasiones, ni sacaron ventajas para evitar un final tan tenso. Todas las cosas salieron mal en ataque, con lanzamientos cómodos desperdiciados, con superioridades ineficaces, con un juego que en ocasiones parecía descontrolado.Quizá el de ayer sea el golpe más duro del balonmano español moderno, un fracaso en toda regla cercano al ridículo, que el seleccionador Valero Rivera espera corregir en el siguiente campeonato.
viernes, 23 de enero de 2009
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